Equipos de rescate sacaban de los escombros decenas de cadáveres ayer luego de que un fuerte terremoto que azotó la región costera de Ecuador anteanoche derrumbó decenas de edificaciones, generó destrucción en algunas rutas y dejó por lo menos alrededor de 280 muertos y 2527 heridos.

El epicentro del terremoto, de una magnitud de 7,8 grados y el más fuerte en Ecuador desde 1979, tuvo lugar en zonas ecuatorianas escasamente pobladas, integradas por puertos de pescadores y playas turísticas, a 170 kilómetros de Quito, capital del país.

La mayor parte de las poblaciones de la provincia de Manabí fueron afectadas, entre ellas Pedernales, Portoviejo y Manta, en la costa del Pacífico.

El presidente Rafael Correa decretó el estado de excepción en todo el territorio nacional y recorrió las zonas dañadas en la provincia costera de Manabí.

El embajador argentino Luis Juez, quien asumió su cargo a principios de este año, determinó:

Esto fue terriblemente superior a lo que pasó en el pasado. Yo estaba solo en la residencia, me estaba haciendo un mate de repente comenzó a moverse todo como si fuera de cartón: las lámparas, los veladores.

También contó que ni bien se dio a conocer la noticia, la canciller Susana Malcorra se comunicó con él y el presidente Mauricio Macri le hizo llegar su preocupación y solidaridad por la situación.

Respecto de posibles víctimas argentinas, el embajador aseguró que hasta ahora no hay conocimiento ni ningún tipo de denuncia. Y sobre la cantidad de muertos por la tragedia, Juez fue contundente:

Los muertos van a ser muchos más. El número va a ser mucho más importante que el que trasciende.