Los Rolling Stones se mostraron a la altura de su leyenda y conquistaron uno de los grandes bastiones de la cultura afroantillana, el comunismo y la salsa.

A través suyo, el poder de la música logró derribar uno de los últimos muros inventados por la política. Y el impacto resultó tan potente, que ahora, como pocas veces en los últimos años, la sociedad cubana puede sentirse libre de enfrentar la inesperada posibilidad de reconstruirse con nuevos cimientos.