(Entrevista por David Chiecchio para La Posta)

Haroldo Conti es a todas luces uno de los miembros más destacados de la cultura de Chacabuco. Su escritura y su vida han despertado grandes elogios y se ha posicionado con el tiempo en el lugar que le corresponde por la calidad de su escritura, a saber, entre los mejores escritores argentinos de la segunda mitad del siglo XX.

El interés por su obra también ha llegado al otro lado del Atlántico, en este caso, de la mano de Jon Lindsay Miles, traductor, docente y escritor. Enamorado de Haroldo, ha traducido primero Sudeste y editada por Immigrant Press. Actualmente trabaja con “En vida” la tercera novela del escritor.

La edición inglesa de Sudeste publicada por Immigrant Press y traducida por Lindsay Miles

Durante la semana pasada visitó Chacabuco pues, a la vez, se encuentra realizando una biografía del escritor oriundo de Chacabuco y desaparecido producto del terrorismo de Estado. Su objetivo en la visita fue conocer con más detalles la ciudad natal y que inspiró muchas de sus principales obras.

“Haroldo Conti tiene algo muy especial. Algo que habla con una voz que sale a veces como si fuera la mía”Jon Lindsay Miles

Nacido en Inglaterra, vive en España, Úbeda, una ciudad con una población similar a la de Chacabuco. Y contó con el acompañamiento de Marcelo Conti, hijo de Haroldo, y Julio Benvenuto, un conocedor de la obra de Haroldo y a quien Jon le profesa agradecimiento por su calidez.

Jon señala que las razones de su visita son realizar algunas “investigaciones para clarificar vocablos que no se usan en la península”, y a la vez acumular datos para preparar una biografía de Haroldo Conti en inglés.

Lindsay Miles sostiene que su trabajo con Conti seguirá por al menos una década más. “Para mí Haroldo Conti tiene algo muy especial. Algo que habla con una voz que sale a veces como si fuera la mía. Con la edad que tengo, la vida que me queda lo veo como la obra principal, llevar la obra de Haroldo al inglés, escribir la biografía“.

“el trabajo de traducir suelo describirlo como un tipo de malabarismo”Jon Lindsay Miles

La pregunta ineludible fue “¿qué lo hacía diferente a Haroldo?”. Para Jon hay dos cuestiones a considerar: “Una es la calidad de su escritura, a mi me interesa mucho la estética de la escritura por lo general, y yo trabajo mucho eso en inglés, mi lengua materna. Y en Haroldo encuentro la creación de, como él lo llama, climas y atmósferas. Tienen sus particularidades esos climas y atmósferas. Dibujan en mundo en el que puedo entrar sin dificultad. Lo leo alrededor y yo vivo ahí también. El segundo aspecto es su sentido de la vida, la vida humana, esa relación que tenemos el uno con el otro, con la naturaleza y particularmente con la importancia de la memoria y la imaginación en nuestra existencia. Más lo leo, más veo que para él hay una continua metamorfosis, transición, entre el pasado, que es presente, que será también el futuro... Y es todo una estética, una manera de ver, de ver a los otros y nuestra existencia, que realmente me ha encantado y que yo reconozco en muchos sentidos aunque él también me ha abierto más puertas a comprender todo eso“.

Pero aquello que lo hace particular es también para Jon “su manera de hablar, los localismos. Da un color a sus personajes. A mí me encantan sus diálogos entre la gente, muy lacónicos“.

TRADUCIR HAROLDO COMO UN PLACER

La tarea del traductor, sabemos, es a veces compleja. Sobre todo cuando tiene que enfrentarse a usos del lenguaje que difícilmente tienen una traducción exacta, o cuando su traducción exacta hace perder el sentido que tiene en la lengua originalmente escrita.

Sobre esas tribulaciones a que está obligado el traductor, Lindsay Miles señala, “en Sudeste había palabras que eran imposibles de ser traducidas, como algunas herramientas que los pescadores utilizaban”. Incluso los propios pescadores que visitó Jon viviendo un mes en el delta, al lado de la casa de Haroldo, no podían localizar. “¿Cómo describir eso en inglés? A veces tienes que hacer descripción porque no hay una palabra directa. El trabajo de traducir suelo describirlo como un tipo de malabarismo porque uno está continuamente en cada frase tomando 20 decisiones, entonces son 120 o hasta mil en una página, depende la dificultad del lenguaje”.

Jon cuenta que su trabajo lo lleva adelante con una total independencia. “Nadie me dice ‘Jon traduce eso’ porque yo hago eso por placer, por el gusto de hacer el trabajo, por muy duro que sea. La idea de que alguien me dijera ‘puede traducir eso, yo te doy un millón de pesos’, y yo digo ‘pues no me interesa, no me gusta la obra’. Entonces por eso me quedo con Haroldo”.

“la palabra que me ha venido a la mente pasando tiempo con esa gente es la humildad”Jon Lindsay Miles

Su visita lo muestra fascinado con el mundo de Haroldo, y uno percibe que a Jon le encanta su trabajo, lo disfruta, pero sobre todo, está convencido que Conti es un escritor que destaca por sobre otros. Sobre nuestra ciudad señala “aquí me encuentro en la calle, como en la panadería por acá, la panadería familiar de los Conti, en calle Buenos Aires, y la gente humilde se acerca, me habla 5 minutos que llega a ser media hora. A mí me encanta. Y eso me permite ambientar realmente la biografía de Haroldo porque luego estoy un poco en su mundo”.

Al respecto del valor de esta visita a que lo obliga Haroldo, resalta “hay una aventura personal que es maravillosa, me enriquece mucho, me educa como persona como nunca lo hicieron en la escuela”.

EL CHACABUCO DE HAROLDO

Otras de las preguntas obligadas a Jon fue acerca de cómo vio Chacabuco teniendo en cuenta los relatos de Haroldo. Puntualmente si la ciudad sigue manteniendo una esencia, una característica que Haroldo encontró para escribir sobre Chacabuco.

Al respecto contestó “por la poca experiencia que tengo, sí. Lo que yo he encontrado aquí… mucha gente distinta, veo algunas casas muy bonitas con coches que han costado cierta cantidad de dinero. Pero la gente con quien me he encontrado -tenemos uno en esta mesa ahora mismo, Julio (Benvenuto)- la palabra que me ha venido a la mente pasando tiempo con esa gente es la humildad. Eso realmente me llega como persona. Vivimos en un mundo de tanta presunción hoy día, la gente va por el espectáculo, todo tiene que ser escandalosamente sensacional, y eso para mi resta importancia de la persona, de la gente. Yo sí diría que, por la gente que he llegado a conocer, y por la lectura de Haroldo, que ese ambiente humano todavía existe acá. No puedo decir que lo he encontrado de la misma manera en Buenos Aires, ni en muchas ciudades de Europa, pero en mi pueblo donde vivo, Úbeda, que tiene población más o menos igual que acá, sí existe, y por eso he hecho mi casa ahí. Entonces estamos hablando del tamaño de una comunidad humana. Llegamos a cierto punto en que la comunidad desaparece. Se disuelve. Pero con respecto a su pregunta, sí, yo me encuentro con personajes de la obra de Haroldo. Con otros nombres, pero humanos iguales”.

En los próximos días la segunda parte de le entrevista exclusiva con Jon Lindsay Miles.