Corría el año 1978 y la dictadura cívico-militar en Argentina estaba en su punto álgido de persecuciones, desapariciones, torturas y asesinatos. El Mundial de Fútbol sirvió como una cortina perfecta para esconder los terribles crímenes de Estado que sucedían a escasos metros de los estadios llenos de papelitos y alegría. Entre los goles de la Selección, cientos de miles de militantes, sindicalistas y estudiantes sufrían la persecución del gobierno militar. Entre ellos, nuestros vecinos Roberto “Batata” Carnaghi y María del Carmen Pregal.

Sin saber a ciencia cierta la fecha, Carnaghi y Pregal desaparecieron entre fines de junio y principios de agosto de 1978, en pleno Mundial. Juan Chazarreta, en su libro Operación Chacabuco, relata que por aquel entonces, “(…) los viajes a Chacabuco eran prácticamente inexistentes. Roberto Oscar Carnaghhi y María del Carmen Pregal establecieron una última comunicación con sus familiares en junio de 1978, en pleno mundial de fútbol”.

Carnaghi nació en Chacabuco el 13 de diciembre de 1953. María del Carmen Pregal, por su parte, nació también en nuestra ciudad el 6 de mayo de 1956. “Batata”, según indica Chazarreta, “dio sus primeros pasos en su compromiso social y político integrando los grupos juveniles de la iglesia junto con el padre Zaccardi y luego formó parte del CEUCH”. Carnaghi se fue a vivir a La Plata para estudiar la carrera de Contador Público, y allí comenzó a militar en la Juventud Peronista.

Pregal también comenzó su militancia en un grupo de la Iglesia San Isidro Labrador de nuestra ciudad. “En los viajes que realizaba a Chacabuco conoció a Roberto, se pusieron de novios y se fue a vivir a La Plata donde comenzó a militar con él”, expresa Operación Chacabuco.

Con la persecución y la desaparición de amigos y conocidos, la pareja se iba trasladando de lugar en lugar. De ahí la falta de certezas del lugar y la fecha de desaparición de ambos. Un año antes, en la casa de Carnaghi en Chacabuco, se produjo un allanamiento, en donde no encontraron más que el temor de su familia.

Poco más de un mes después de su última comunicación, le llegó una carta a Mario Carnaghi, primo de Roberto, en donde el militante desaparecido lo citaba en una calle en donde nunca se habían encontrado. Dice Chazarreta: “En ese mensaje Roberto pedía una cita con su primo Mario, pero cuando este la tuvo en sus manos, supuso que era una trampa para secuestrarlo. En la misma carta daba coordenadas de calles en donde nunca se habían encontrado y además la última vez que se vieron llegaron al acuerdo de no escribirse más”.

Tras la sospecha del secuestro por parte de las Fuerzas Armadas, ambas familias comenzaron a hacerse notar en el Ministerio del Interior y también recurriendo a la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos.

La historia de Carnaghi y Pregal, nuestros vecinos, es similar a la de miles de desaparecidos en todo el país. Jóvenes con militancia política activa, peronistas y unas convicciones inamovibles. La generación a la que persiguieron, secuestraron y asesinaron porque podían cambiar el mundo.

Tras los pasos de “Batata”

En el año 2017, un grupo de estudiantes de la Escuela Secundaria Nº 8 de nuestra ciudad realizó un proyecto enmarcado en el programa “Jóvenes y Memoria” llamado “Tras los pasos de Batata”. En él, los chicos y chicas pintaron un mural retratando a Roberto Carnaghi, junto a muchos de sus intereses: una guitarra, el logo de la Universidad Nacional de La Plata, y un pin de “Perón Vuelve”. También, dibujaron el logo del Mundial 78 con un sentido orientado hacia la muerte durante ese evento.

Los jóvenes fueron reconocidos y el proyecto fue declarado de interés municipal y provincial. En aquella oportunidad, familiares de “Batata” aseguraban que “él y sus compañeros viven en todos estos jóvenes con memoria”. No hay dudas de que es así.