La calidad del agua en Chacabuco sigue siendo tema de debate desde hace tiempo. Y desde las pasadas gestiones. La concejala Graciela Rodríguez fue una de las que más impulsó el tema cuando formaba parte de la oposición como bloque del PRO.

En una entrevista que Líder publicó hoy, ya como parte del oficialismo, dijo que el agua en Chacabuco “no está apta para el consumo”.

Hace días, La Posta había entrevistado al secretario de Evaluación de Gestión, Maximiliano Felice, a quien consultamos acerca de la sobras en agua que se realizan en Chacabuco, aunque no pudo responder acerca de cuáles son los valores de presencia de arsénico en el agua.

Pero Rodríguez se encargó de establecer claramente que nadie debería tomar el “agua potable”, servicio para el que el gobierno tiene un plan de inversión para instalar medidores, pero no tiene uno para solucionar este problema.

El agua no está apta, sigue teniendo la misma cantidad de arsénico“, dijo la concejala sin especificar cuáles son.

“En el mientras tanto hay gente con buen nivel económico que está comprando el agua y hay otra gente que puede ir a retirar, y no ponemos límite para retirar, si necesita 100 litros de agua para toda la semana, se llevan los 100 litros de agua, lo que si y sobre todo los pediatras hacemos hincapié es que el biberón no se puede preparar con agua de la canilla, no se puede hervir el puré, no se puede hervir el arroz con el agua de la canilla, tiene que ser todo con agua comprada o proveniente de la planta de ósmosis inversa”, explicó a Líder.

El arsénico del agua está alto y va a seguir alto, porque el agua es subterránea y viene de la cordillera, es una condición natural que venga con arsénico“, contó Juliá dando cuenta que cuando se formó la cadena montañosa quedaron sepultadas cenizas volcánicas con alta presencia de este metal.

Asimismo pidió que las personas consuman el agua de las plantas de ósmosis inversa. Una instalada en el Parque Recreativo y se está por colocar otra en el Barrio Parque Chacabuco.

Planta de ósmosis inversa

En general, este es un problema que vive gran parte de la provincia de Buenos Aires y otras provincias como el Chaco, donde la concentración es alarmante. Y la única forma de revertirlo, coinciden los especialistas, es que se apliquen políticas públicas destinadas a esto, por el momento ausente en todos los niveles de gobierno.

Ya la concejala Rodríguez no se alarma como cuando formaba parte de la oposición por los datos de los análisis de agua, y pide a la población consumir agua de la planta de ósmosis. O comprarla, si no la pueden ir a buscar.

El consumo crónico de pequeñas dosis de arsénico da lugar al aumento de posibilidades en desarrollar cáncer, pero interviene también en la generación de otras, como el caso de la tiroides que ahora está bajo estudio científico.