Arsénico en el agua, una problemática que en nuestra región se ha expandido y ha sido tema de debate y discusión pública. Los altos niveles en el agua potable han encendido alarmas e incluso iniciado causas judiciales al respecto.
En la ciudad de Chivilcoy, la batalla judicial contra la empresa ABSA ha llegado lejos y hasta el momento, el fallo siempre fue a favor de los vecinos. En los últimos días, según informa el diario La Razón de aquella localidad, la Cámara de San Martín desestimó la apelación de ABSA, «por lo que deberá cumplir con la construcción de la planta de ósmosis inversa y asegurar el límite permitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 0,001 por ciento de arsénico«. Es decir, casi tolerancia cero al nivel sobre el agua consumible.
Integrantes de la Asamblea por el Agua de Chivilcoy realizaron una conferencia de prensa en la Defensoría del Pueblo dando a conocer lo que destacaron como «buena noticia». Facundo Benegas, de la Defensoría del Pueblo, dijo que «la justicia termina confirmando lo que sabemos, que es que el servicio es desastroso, que implica un peligro para los vecinos, por lo cual, ABSA deberá terminar las obras en ejecución y proveer de agua con el 0.001 de arsénico, no el 0,005, como dice la empresa, de acuerdo a una vieja ley que la Provincia no quiere modificar, porque no quiere invertir el dinero que se necesita para la potabilización de agua».
En Chacabuco, el tema sigue igual. Tras la campaña contra el arsénico llevada a cabo por la actual gestión cuando eran oposición, en 2015, e impulsada por la Dra. Graciela Rodríguez, no se avanzó en nada en la materia. Es más, meses atrás, la propia concejal de Cambiemos reconoció que «el agua en Chacabuco no es apta para el consumo« aunque luego acusó a un periodista local de tergiversar sus palabras.
Lo cierto es que, por falta de organización o voluntad política, el agua potable de Chacabuco tiene altos grados de arsénico y no parece hacerse nada al respecto para solucionarlo. Mientras la vida de los vecinos y vecinas se pone en riesgo, las acusaciones van de un lado hacia otro. Lo que parecía un tema de urgencia en la campaña, parece haber quedado en el olvido. ¿O la alarma no era tal y sólo fue un montaje de campaña electoral?. Quienes deben responder por esto, hoy, son los actuales funcionarios.
(Foto destacada: La Razón de Chivilcoy)