Un fallo judicial impacta en Bragado y toda la zona. A raíz de una presentación de un abogado local realizada en 2014, la justicia determinó que el agua de red en ese distrito no es apta para el consumo humano. De esta forma los vecinos que adhieran a esta presentación podrán demandar a la empresa ABSA que les provea el suministro de agua en bidones, lo que alcanza también a las instituciones de la comunidad.
Esto fue resuelto por el Juzgado de Garantías del Joven nº 1 de Mercedes a cargo del Dr. Luis Marcelo Giacoia entendiendo que representa un severo riesgo a la salud de los vecinos su consumo y probando las deficiencias en el sistema de agua de red. ABSA quedará obligada a hacer las inversiones necesarias en la ciudad de Bragado.
Según el fallo en la casi totalidad de las muestras de agua tomadas hay «compuestos físico-químicos, en especial de arsénico, que rebasan los topes máximos admitidos por la legislación en la materia conforme a las previsiones del art. 982 del Código Alimentario Argentino y las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud».
Este problema, el de la cantidad de arsénico es común a toda la región, donde sin embargo se cobra y se da por sentado que el servicio de agua es conforme a los criterios sanitarios. El arsénico es un compuesto que genera enfermedades crónicas y que actúa consumiendo muy de a poco: pudiendo «causar cáncer y lesiones cutáneas. También se ha asociado a problemas de desarrollo, enfermedades cardiovasculares, neurotoxicidad y diabetes«, según la Organización Mundial de la Salud.
Como el profundo daño que genera el arsénico es conocido por algunos habitantes de la zona, esto ha generado un importante negocio: la venta de agua en bidones, o bien la colocación de costosos sistemas que filtran el agua que supuestamente debería poder consumirse.
Una solución parcial a este problema es la instalación de plantas de ósmosis inversa que filtren el arsénico, pero son muy reducidas en su capacidad. Recientemente el gobierno provincial se mostró interesado en promover soluciones. El ministro Augusto Costa declaró de interés el desarrollo de una solución de bajo costo alcanzada por la Universidad Nacional de La Plata.
Mientras continúa el cobro de este servicio, un argumento es que la contaminación por arsénico es una cuestión geológica. Lo es, pero no justifica la falta de información sobre el problema a los habitantes de parte de los gobiernos. Aún muchas personas la continúan consumiendo porque ignoran el riesgo que supone, o bien porque no pueden pagar por un agua segura. La concientización y el reconocimiento del problema sería un buen primer paso, así como involucrar a la sociedad en la búsqueda de soluciones.
El fallo
«La empresa proveedora estaría realizando solamente el proceso de desinfección del agua de red con hipoclorito de sodio, sin realizar ningún proceso de tratamiento físico-químico o biológico para la disminución de los niveles de compuestos químicos», es decir, se aplica el mismo tratamiento que en toda la región.
«El servicio de agua en la ciudad de Bragado, prestado por ABSA, no reúne las condiciones de potabilidad acorde a la norma del art. 982 del Código Alimentario Argentino en relación a los valores máximos de arsénico, nitratos, cloruros y sustancias mencionadas en dicha normativa como la demás vigente en la materia», estableció.
En otros distritos
En la ciudad de 9 de Julio también ABSA ha sido obligada a entregar bidones de agua a vecinos e instituciones por encontrarse que el agua de red tiene elevados niveles de arsénico que la hacen no apta para el consumo humano. El tema está en manos de la Corte Suprema de la Nación.
La misma situación ha sucedido en Chivilcoy donde un fallo favorable a los vecinos fue confirmado en 2019 por la Cámara de San Martín al desestimar la apelación de ABSA, que entonces quedó obligada a «cumplir con la construcción de la planta de ósmosis inversa y asegurar el límite permitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de 0,001 por ciento de arsénico«.
En Pergamino se estudió por orden judicial el agua proveniente de las napas. Se determinó que en el cien por ciento de las muestras tomadas el nivel de arsénico es 9 veces superior y que además hay presentes más 19 químicos utilizados en la actividad agrícola. Esa ciudad tiene un activo movimiento contra la contaminación.
En Chacabuco también se conoce que el agua de red no es apta para el consumo humano por exceso de arsénico, pero como no ha habido una orden judicial que lo investigue, las autoridades municipales se niegan a revelar la información. En 2018 la propia concejala de Cambiemos reconoció que “el agua en Chacabuco no es apta para el consumo« aunque luego acusó a un periodista local de tergiversar sus palabras. Más tarde, la propia directora municipal de Obras Sanitaria, Sandra Vita explicó a La Posta que los valores son los mismos.