Desde el día que el intendente de Chacabuco declaró la emergencia económica, no se sabe exactamente en qué situación se encuentran las cuentas municipales.
Para unos la situación es realmente compleja, mientras que para el intendente y sus funcionarios se trata solo de un ajuste de gastos ordinario sin mayor trascendencia.
Según la información que este medio viene recogiendo desde antes de las elecciones, el municipio cuenta con el dinero justo. Consecuencia de ello es que se redujo al mínimo el uso del combustible y los insumos hospitalarios. La orden es hasta reutilizar las hojas usadas de un solo lado. Y no es broma.
A lo que no le faltó «insumos» durante este tiempo es a la comunicación de la municipalidad, ni al perfil de Facebook del intendente en las redes sociales, principalmente durante la campaña.
El área de prensa tuvo un importante presupuesto para este año (electoral), de 18 millones. Con un abultado presupuesto también se ordenan y se confunden las relaciones con empresarios.
Chacabuco en esto ya tuvo un caso célebre que sirve de mal recuerdo: Hidalgo’s Group.
¿Pautamos?
La pauta publicitaria que paga la municipalidad a los medios tiene un extraño funcionamiento en la ciudad: depende pura y exclusivamente de la subsecretaria del área.
Durante los recién concluidos cuatro años de gestión, la pauta tuvo numerosos reajustes en función de la situación económica y de la relación con tal o cual medio. A nadie se le escapa que en la ciudad los medios tienen diferentes criterio o líneas periodísticas.
Esa diferencia de criterios hace que algunos funcionarios no tengan habilitada la posibilidad de dialogar, al menos, con este medio. Antes deben ser autorizados por la secretaria de Prensa, quien también coordina las entrevistas que da y las que no da el señor intendente.
eXtraña pubLicación en faceBook
Lo que sorprendió y movió el piso de toda la opinión pública en Chacabuco fue la aparición ayer en las redes sociales de dos órdenes de compra por $50 mil cada una posteadas en la cuenta personal de una candidata de la lista con la que ganó Aiola las elecciones recientemente.
Con nombre y apellidos, la candidata de Juntos por el Cambio, Silvia Gorosito, lanzó al ruedo la especulación que ese dinero estaba destinado a pagar pauta a un medio de comunicación de la ciudad.
La información fue chequeada por La Posta y desde las oficinas del palacio la dieron por cierta, «eso es lo que paga aproximadamente a algunos medios: $100 mil mensuales». Un millón doscientos mil al año.
¿De dónde salió?
Todo parece que la intención fue hacer quedar mal al medio de comunicación mediante la divulgación de cuánto cobraba. Pero en última instancia ¿no tiene el medio el derecho a cobrar lo que quiera?
En cambio, la municipalidad ¿puede darle acceso a un privado a documentación en proceso de contratación? ¿De qué manera llegó esa documentación a manos de una ciudadana?
¿El posteo fue realizado con el objeto de acallar a un medio? ¿Presionar para que alguien acepte otras condiciones de contratación? Son solo algunas de las preguntas ante una situación realmente grave e inédita.
A esas preguntas se suman otras, más viejas. ¿Cuánto gasta en pauta la Municipalidad de Chacabuco? ¿Hay medios de otras ciudades que también cobran? ¿Cuántos son? ¿Hay periodistas que cobran a título personal contribuciones por pauta?
Como se ve, hay miles de preguntas que bueno serían que encuentren eco entre los responsables de llevar transparencia a la gestión de las cuentas públicas y al ejercicio periodístico.
En la actualidad el bloque de Cambiemos trabaja sobre un proyecto de ordenanza para regular el derecho al cobro de la pauta. Las promesas de los concejales de ese bloque ha sido el de abrir el proyecto a la discusión de la comunidad periodística y de los bloques opositores.
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