Tapera del Desierto es una revista publicada en Lincoln por la editorial “Diario del Desierto” que llevan adelante Ludovico Fonda, Elisa Vicondo y Agustín Luisi. En sus páginas reúne relatos, crónicas, artículos sobre educación, historia, música. Poesía, cuento, teatro y unos estupendos collages e ilustraciones que le dan a la revista ese espíritu.

Sus páginas nos hablan de nuestros cuerpos danzarines, de las veredas linqueñas tan parecidas (y no) con las de Chacabuco, Chivilcoy o Junín. Es decir, una revista que nos mira desde la misma tierra donde nos paramos. En fin, una revista que no teníamos. Que nos invita a pensar en nuestras particularidades, no como una burla al hombre del interior que duerme la siesta, sino como parte de nuestro patrimonio cultural.

En una audacia, han clavado el “desierto” también en el nombre. Esa palabrita que tanta historia tiene para la Argentina y el interior del país. Una revista para decir, con palabras, que ese interior provincial es solo desierto para el que busca los oasis de las capitales.

El subtítulo editorial la expresa entera: “Un guiso cultural revuelto por el viento“. Y si, cómo no. Por eso el guiso es, más que una comida preferida por todos, la nueva identidad culinaria construida con la inmigración. Después viene el “viento” que no se ve, pero está, meta y dale con el palo revolviendo.

Por eso los felicitan y están contentos. No es cosa fácil, se reconocen, llegar al número dos de una revista cultural. En la nota editorial que nos abre el número lo comparan “a caerse hacia el techo, resumir la tristeza, pelar una mandarina con guantes, quitar del poder el olor a finaos, hacer una estatua juntando rocío”.

En el recorrido del número dos rescatan los “perfiles de acá“. Ahí aparecen conocidos de pueblo en “Un intento de poner en escena historias de acá. Que van del centro a los suburbios. Que intentan sacar del olvido lo que somos o fuimos. O seremos. Para situar, ambientar, pensar cada historia que nos atraviesa. Y volver interesante la historia contada, ese es el desafío”.

En más de 60 páginas que tiene la edición, escriben el juninense Andrés Russo que nos da las “Coordenadas” desérticas, Marina Iticovici que nos canta las “Costumbres linqueñas”, otro juninense, Javier Orellana, nos trae las Semblanzas de Chadí Leufú y el director de cine linqueño Andrés Cuervo, participa con un artículo sobre Un poco de aire fresco el primer largometraje de la historia de Lincoln.

Hay más, solo que es injusto tener que acotarse. No hay dudas que el principal logro de la revista es reunir habilidades, miradas comunes y perspectivas diferentes. Todos realmente se destacan. Hay espacio para la Educación Sexual Integral, columna que escribe Yanina Bengoa, la ilustración de Adrián Luengo, un espacio sobre el abordaje cultural de los edificios de Lincoln, lugar para el infaltable carnaval, el rescate poético que realiza Elisa Vicondo y otras tantas interesantísimas participaciones.

El número 1 de la revista ya puede descargarse de la página de la Editorial del Desierto. En tanto que el número 2 ahora está a la venta. Se puede solicitar a través de las redes sociales de la Editorial o por su página web.