En la jornada de ayer, el ministro de Economía Sergio Massa presentó el proyecto de Presupuesto para el Estado nacional en el 2023 y pidió que haya una acuerdo político en el Congreso para que se sancione y no suceda como en 2021 cuando el Presupuesto para 2022 no fue sancionado. El Presupuesto prevé una inflación para el próximo año del 60%, que según el actual secretario de Programación Económica es “realista“. En las inversiones y gastos todo gira en torno al acuerdo del Fondo Monetario Internacional que exige al gobierno reducir el déficit.

Además el proyecto prevé un crecimiento del Producto Bruto Interno del 2%, por cierto, una cifra que apenas alcanza para hablar de crecimiento. Massa también expresó que las variables apuntan a “cumplir los objetivos que se ha planteado el Parlamento cuando Argentina decidió renegociar el acuerdo con el FMI“.

El total del gasto público calculado es de 29 billones de pesos, que muestran el proceso inflacionario, aunque es uno de los presupuesto más bajos, rondando el 20% del PBI. Comparativamente, el de 2020 fue del 24% del PBI. Algunos analistas señalan que la principal caída es en la inversión en obras públicas.

Según la comparación que realizó Horacio Rovelli, analista y exdirector de Programación Macroeconómica en el Ministerio de Economía nacional, el costo del llamado dólar soja fue de 350 mil millones de pesos, que equivale al 25% de la inversión salarial para el año que viene en empleo público o el 26% del total de las partidas para el Ministerio de Educación en 2023, el 78% de las partidas para el Ministerio de Salud, el 12% de lo que se gastará en energía y combustible. Esto sin tener en cuenta, explicó, que los pesos del dólar soja son a valor actual y que las partidas del presupuesto tienen calculada la inflación del 60% que se pronostica.

En general, los gastos del estado permanecen constantes, aumentando en igual proporción que la inflación, aproximadamente un 60%. El único gasto, indicó Rovelli, que crece un 102% son los intereses de la deuda externa, que expresado en dólares significará más de 13 mil millones. “Todo el presupuesto está armado en función del pago de intereses de la deuda externa“, señaló.

https://youtu.be/yAk_do4o59w

En sus palabras, Sergio Massa se refirió al gran problema económico que significa el aumento de precios y dijo “Vamos a buscar una desaceleración de la inflación” al referirse al cálculo del 60% para 2023. Este año ya alcanzó hasta agosto el 78,5% y seguramente superará el 90%. No obstante, el guarismo para 2023 podría no cumplirse y trepar a un valor similar al de este 2022.

El ministro no precisó si habrá algún tipo de control de precios o qué políticas se impulsarán para lograr ese control de la inflación. Pero sí apuntó que tendría que ser el “Congreso el que se expida en el tema de la concentración y la colusión en las compras públicas“. “Para que en algunos casos se desnude que en algunas cadenas hay situaciones que terminan generando desborde de precios; que se ven las góndolas, pero que se generan mucho antes“, dijo el funcionario.

Massa también se refirió al nuevo esquema de quita de subsidios, indicando que “el esfuerzo para el ahorro energético lo tienen que hacer todos; no los usuarios y el Estado nacional, sino también las provincias“. El impacto de esta política sobre el sistema económico todavía no se produjo, y hay quienes señalan que podría conducir a una recesión, principalmente porque significará un aumento del valor de la energía para la producción. Asimismo, hay muchos usuarios que podrían necesitarlo pero que no se han inscripto, por esto recordó que “sigue abierto el registro para que cada argentino que hoy siente que necesita el subsidio, pueda acceder“.